Ésta es tu línea de vida.
Ahora estás en el presente. Has dejado atrás tu pasado y por delante está tu
futuro. Si te preguntas a ti mismo cómo quieres que sea tu futuro, es fácil que
tu respuesta sea: – “No lo sé. No tengo ni idea. Lo que sí sé, es lo que no
quiero que me ocurra”.
Lo normal es que sepas decir
lo que te gusta y lo que no te gusta de tu presente. Y si te paras a pensarlo,
te des cuenta también de lo que te gustó y de lo que no te gustó de tu pasado.
Sin embargo, es más que probable que la incógnita sobre lo que deseas para tu
futuro, permanezca.
En general, desde pequeños,
nos enseñan multitud de conocimientos, pero no nos enseñan a confiar en
nosotros mismos. Creer en ti, y tener claro lo que quieres, puede ser tildado
por muchos de prepotencia. – “Hijo lo que hay que hacer es trabajar duro.
Sacrificarse y aceptar tu destino. Soñar despierto, es una pérdida de tiempo”.
Tampoco faltará quien te
recuerde que eso es como el cuento de la lechera. Curiosa fábula que alguien
debió inventar para que los demás dejaran de soñar. Una pena, porque en
realidad la forma de conseguir tu meta, es soñar con lo que quieres, ponerle
fecha de caducidad a tu sueño y luego trabajar para alcanzarlo. Te puede ir muy
bien en el futuro. Todo depende de lo que tú creas.
Lo primero que debes hacer,
es tomar conciencia de algunos sencillos conceptos, entenderlos y ponerlos en
práctica.
Empecemos por el concepto de
zona de confort.
Esta es la zona metafórica
en la que estás cuando te mueves en un entorno que dominas. En ella las cosas
te resultan conocidas y cómodas, sean éstas agradables o no.
Por ejemplo, estar atascado
todos los días en el tráfico, es estar dentro de tu zona de confort, porque es
lo que conoces. Que tu jefe te machaque en la oficina, es zona de confort,
porque es lo que conoces. Que disfrutes o pelees con tu pareja, es zona de
confort, porque es lo que conoces.
Tus hábitos, tus rutinas,
tus habilidades, tus conocimientos, tus actitudes y tus comportamientos, son
también parte de tu zona de confort.
Alrededor de tu zona de
confort, está tu zona de aprendizaje. Esta es la zona a la que sales para
ampliar tu visión del mundo. Y lo haces cuando aprendes nuevos idiomas, viajas
a países desconocidos, tienes nuevas sensaciones, enriqueces tus puntos de
vista, modificas tus hábitos, conoces otras culturas, o te encuentras con
nuevos clientes.
Es la zona donde observar,
experimentar, comparar, aprender… Hay personas a las que esto les apasiona, y
por ello frecuentan su zona de aprendizaje. En cambio, a otras les asusta, y
para evitarlo, se mueven únicamente dentro de su zona de confort. Salir de
ella, lo consideran un peligro.
Más allá de tu zona de
aprendizaje, está la que llamamos la zona de pánico o la zona de no experiencia.
Aquellos que no quieren que la transites, que suelen ser los que nunca salen,
dicen que es la zona en la que pueden ocurrirte cosas gravísimas. Es como
Finisterre, más allá, se acaba el mundo.
- “¡No salgas, que va a ser
terrible! ¿Y si te sale mal?”
- “Ya, pero, ¿y si me sale
bien?”
Esto último lo dicen sólo
los que consideran que esta zona es en realidad la zona mágica. La zona en la
que te pueden ocurrir cosas maravillosas, que aún no conoces, porque todavía no
has estado allí.
Es la zona de los grandes
retos. Hay personas que creen que si salen a la zona mágica no podrán volver
atrás, que su zona de confort desaparece. Esto es falso. Al salir lo que
sucede, es que extienden su zona de confort y aprendizaje. Cambiar no significa
que pierdes lo que tenías, significa que añades. El cambio es en realidad
desarrollo.
Esto podría parecer miedo a
lo desconocido, pero en realidad es miedo a perder. A perder lo que tienes, o
aún peor, a perder lo que eres.
Lo siguiente que tendrás que
tener en cuenta, es la tensión emocional y la tensión creativa. Operan como dos
fuerzas opuestas. La primera tirará de ti hacia tu zona de confort, y la
segunda te hará avanzar a hacia el exterior.
Para poder avanzar, tendrás
que conseguir que tu motivación salga victoriosa frente a tus miedos. Te toca
por tanto trabajar la tensión emocional, y especialmente los miedos que provoca
salir de la zona de confort. Miedo al que dirán, miedo a fallar, miedo al
ridículo y a la vergüenza. Deberás reconocerlos y enfrentarlos.
¿Te preguntas cómo puedes
hacerlo? Cree en ti. Tú eres el protagonista de tu vida. Lo que tú no decidas,
probablemente lo harán otros por ti. Al gestionar correctamente tus miedos,
crecerá tu autoestima, y ésta te dará una nueva visión de la realidad, llena de
oportunidades. Así podrás elegir mejor tu objetivo, tener claro cuál es tu
sueño, buscar un qué, que te motive.
Luego, compararás tu punto
de partida con tu destino, y es fácil que sientas como si encogieras. Es
normal, estarás tomando conciencia de lo que te falta por aprender. Te será
útil recordar tus orígenes, tus valores y tus principios, y que reflexiones
sobre tu misión personal en la vida.
Para ayudarte a mantener la
tensión creativa, y no ceder a la tensión emocional, será conveniente que
pienses en tu misión personal. ¿Qué hay más allá de ese sueño? ¿Para qué
quieres alcanzar tu sueño?
En cuanto transformes tus
prejuicios limitantes, confíes en ti y en tu sueño, y entiendas por qué y para
qué lo haces, habrá llegado el momento de pasar a la acción y dejar atrás tu
zona de confort.
Experimentarás el placer de
aprender a perseguir tus sueños. Puede que al principio te sientas poco
competente y vulnerable, que pienses que es arriesgado. ¡No pasa nada! Eres
humano, y no lo sabes todo, estás aprendiendo. ¡Enhorabuena! ¡Estás avanzando
hacia tu sueño!
Lo que te falta para
comenzar a recuperar tu sensación de competencia, es volver a tu zona de
confort a por los recursos personales que sin duda tienes, y que con las
prisas, olvidaste utilizar.
Coge los necesarios, ten
paciencia con tu preparación. Confianza en tu objetivo. Prepara bien tu
estrategia. Sé perseverante y positivo, y antes de lo que te imaginas, tu
sueño, se habrá hecho realidad.
¿Te atreves a soñar?
. . . . . . . .
Lo que acabas de leer, es la
transcripción literal que he realizado del vídeo que comparto a continuación,
de la empresa Inknowation, cuya misión a grandes rasgos es, según ellos
explican, mejorar los resultados empresariales creando nuevos paradigmas en los
que los clientes encuentren el valor de las propuestas que ofrecen las
empresas. Os recomiendo encarecidamente que visitéis su original e interesante
web:






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