jueves, 31 de julio de 2014

La felicidad florece en las experiencias, no en las pertenencias

A pesar de que seguramente el título de este artículo será considerado por muchos como una obviedad, lo cierto es que ya en la práctica la mayoría de las personas caemos en la adoración inconsciente de los objetos —el síndrome “I shop therefore I am”, “Compro, luego, existo”, en palabras de Bárbara Kruger. Y cabe aclarar que no se trata de un masivo séquito de villanos deshumanizados, sino de un enorme porcentaje de la población que, entendiblemente, estamos expuestos a una tenaz agenda que busca fomentar a toda costa el consumo. Nuestro mapa cultural, aquello que a fin de cuentas llamamos realidad, está formado por una compleja red de asociaciones que vamos tejiendo a lo largo de nuestras vidas. Se trata de una especie de cartografía multidimensional a partir de la cual, paradójicamente, vamos incluyendo “nuevas” unidades, las cuales ingresan a esta red atravesando el filtro que imponemos. En pocas palabras, somos prisioneros de este enramado de asociaciones que utilizamos para incluir o rechazar cualquier novedad en nuestras vidas. Y esta pincelada filosófica no es más que para describir el nivel dentro del cual el incentivo al consumo actúa: en la actualidad es difícil concebirnos, y concebir a la otredad, sin recurrir a asociaciones entre el ser y los objetos que le rodean. Este fenómeno repercute incluso en la sociología contemporánea, en las nuevas tribus, que están en muchas ocasiones definidas por las pertenencias materiales: eres Mac o eres Windows, estás más en el ánimo Nike o en el Vans, o tu personalidad tiende más hacia los Ray Ban que a los Oakley, etc. Y ya en alguna ocasión, “El consumismo te esclaviza con la promesa de ser feliz”, reflexionamos sobre esta práctica comercial que impacta en los planos más profundos de la psique social y que, ligada a este modelo de asociación entre identidad y posesiones, nos ha convertido en lo que somos: consumidores insaciables.
De hecho, para aquellos que poseen una “mayor” conciencia, el mercado ha encontrado la forma de satisfacerlos con líneas de productos sustentables o que son producidos bajo un esquema de fair trade, lo cual, como bien advierte el filósofo Slavoj Zizek, no es más que una estrategia comercial más. Pero volviendo a este oasis escondido en la sombra al cual el consumo nos promete que algún día llegaremos, la felicidad ligada a la posesión de objetos materiales, existen estudios que han comprobado científicamente lo que muchos sabemos pero pocos practicamos: la felicidad tiene poco que ver con las pertenencias. En enero pasado se publicó una investigación en el Journal of Personality and Social Psychology que la vez aprovecha data de ocho estudios anteriores en los que se prueba que a mediano plazo, es decir después del característico high que puede provocarnos el adquirir algo, la felicidad guarda una significativamente mayor relación con las experiencias que con las pertenencias. Curiosamente en el estudio, o al menos en el artículo que sobre el mismo se publicó en el diario Live Science, las dos variables se ligan al consumo, es decir, sugieren que gastar tu dinero con fines experienciales, desde salir de vacaciones hasta ir al cine o a un restaurante, aportarán más a tu felicidad que comprar, por ejemplo, un iPhone. “Si estás tratando de comprar la felicidad, será mucho mejor que dirijas tu dinero hacia una isla tropical que a una nueva computadora”, nos dice Raechel Rettner, quien firma el artículo en Live Science. Pero más allá de que Rachel o los investigadores que participaron en el estudio, se hayan mantenido en el tablero de juego monetario, existe una razón fundamental para explicar por qué una experiencia es ampliamente más redituable para una sonrisa perenne que una pertenencia: la primera de ellas la juzgamos, comúnmente, en referencia a sí misma, mientras que la segunda, casi inevitablemente, la comparamos con otras cosas: aquellas que no tenemos.
Para continuar, y despegándonos del estudio y del artículo citados pero manteniendo la premisa de que la vivencia nos hace más felices que la propiedad, en términos hegelianos podemos proceder a la síntesis de este binomio: hay miles de experiencias que no requieren de dinero. Sí, aunque muchos piensen que es casi imposible acceder a experiencias memorables sin usar unos cuantos billetes, lo cierto es que muchas de las vivencias más gratas que tenemos registradas, estoy seguro, no te han exigido un gasto monetario. De hecho, te invito a que hagas un recuento de tus memorias más preciadas y compruebes que buena parte de ellas no ocurrieron a costa de tu presupuesto. A continuación comienzo una lista, que espero los lectores me ayuden a completar, con algunas experiencias que sin duda nos aportarán recuerdos más dulces en un par de años que el último gadget que adquirimos o el nuevo auto que deseamos: - Observar una lluvia de estrellas (en PS tratamos de alertarlos cada vez que ocurren estos eventos). - Comenzar y terminar un buen libro (puede ser prestado por un amigo o pedido en una biblioteca pública). - Practicar una inédita posición sexual con tu pareja. - Dedicar un día a romper radicalmente la rutina (incluso puedes recurrir a un disfraz para salir a caminar por las calles). -
Asistir a una persona querida en algún problema (o, aún mejor, a un desconocido). - Rememorar los instantes más felices de tu vida. - Levantarse a ver el amanecer, plantar una planta y verla crecer contagiar una sonrisa, ir de acampada a la montaña, trotar en el crepúsculo en fin, espero que este artículo, así como muchas otras notas publicadas en Tutoreando, representen al menos un puñado de granos de arena abonados a la consecución de una titánica misión: revertir la tendencia del consumismo y ayudarnos a desasociar dos conceptos que jamás debieron de haberse entretejido: identidad y pertenencia material.


jueves, 17 de julio de 2014

Seguro que no sabías estas cosas.




Esta vez te quiero presentar esta galería de cosas que probablemente desconocías, espero que aprendas algunas cuantas hoy, estoy seguro que así será. 



  • Cuando te duermes, el cuerpo sufre una especie de parálisis automática para que mientras estés durmiendo no te hagas daño.
  • Si no te mueves durante 15 minutos, mágicamente te vas a quedar dormido. ¡Inténtalo!...
  • Cuando te despiertas, durante 5 segundos tu cerebro no recuerda absolutamente nada.
  • Si te llegas a espantar, puedes morir, si tienes un susto muy fuerte tu cuerpo libera una gran cantidad de adrenalina, lo cual te quitaría la vida en segundos.





  • Si hablas contigo mismo delante de un espejo, serás mucho más fuerte mentalmente, y tendrás mayor confianza en ti mismo.

  • Las personas tímidas, suelen ser más críticas, analíticas, inteligentes y suelen ser personas dignas de confianza.





  • Cuando comienzas a llorar tu cerebro te hace recordar otros momentos tristes y trágicos de tu vida, lo cual incrementa el llanto.





  • Cuando estás triste, tu cerebro te hará creer que toda la gente está feliz y en muchas ocasiones puedes llegar a sentir que se burlan de ti.







  • Las cosquillas, son consideradas un modo de tortura física.








  • Cuando estornudas, básicamente te mueres por uno o 2 segundos.




La psicología de saber perdonar...


Es bien sabido que cuando una persona toma las medidas necesarias para reparar un delito, la víctima es más proclive a perdonar y olvidar. Sin embargo, exactamente por qué sucede esto es menos obvio y poco comprendido. En un estudio reciente, los científicos hicieron un progreso sustancial en la explicación de losprocesos psicológicos que hacen que el perdón suceda.
Sus hallazgos muestran que los esfuerzos para alcanzar la paz, como recibir disculpas, ofertas de indemnización y ser dueños de la responsabilidad del perdón y la reducción de la ira, hacen que el agresor parezca más valioso como una relación que ocurrió y cause a la víctima menos temor de hacerle daño.
Todas las cosas que la gente hace cuando le han hecho daño a alguien que les importa, realmente no parecen ser eficaces para ayudar a las víctimas a perdonar y superar su ira”, explica a EurekAlert!Michael McCullough, profesor de psicología de la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad de Miami e investigador principal del estudio.
McCullough explica que la gente suele pensar que la evolución está diseñada para que la gente sea mala, violenta y egoísta, pero los seres humanos necesitan compañeros, por lo que la selección natural probablemente también nos dio las herramientas para ayudar a restaurar las relaciones importantes después de que han sido dañadas por el conflicto.
Para el estudio, 356 hombres y mujeres jóvenes completaron cuestionarios, así como una entrevista de 8 minutos acerca de la transgresión que habían experimentado, así como sus sentimientos hacia la persona que les había hecho daño.
Los participantes también pasaron cuatro minutos en la preparación de un resumen, en primera persona, en donde hablaron acerca de la transgresión y el transgresor y se grabaron como si la cámara fuera la persona que les había hecho daño.
Por último, los participantes completaron una encuesta de 21 días en línea para medir el perdón. Para describir sus sentimientos acerca de sus agresores, los encuestados eligieron, a partir de una lista de afirmaciones tales como "Estoy tratando de mantener la mayor distancia entre nosotros como sea posible", "él / ella quiere que nuestro conflicto termine", etc.


Es uno de los más grandes estudios sobre los efectos de los gestos conciliadores en la resolución del conflicto humano", dijo McCullough.
Los resultados muestran que el grado en que un transgresor ofrece gestos conciliatorios a sus víctimas era directamente proporcional a la medida con que esas víctimas perdonaron con el tiempo. Los gestos conciliatorios también parecían cambiar la percepción de la víctima acerca de la relación y el agresor.
Una implicación científica básica de los resultados es que los seres humanos tienen una psicología para la resolución de conflictos que es muy similar a la psicología de otros animales que viven en grupos no humanos.
Muchos vertebrados que viven en grupo, pero particularmente mamíferos, parecen utilizar gestos conciliatorios como señales de su voluntad para poner fin a los conflictos y restablecer las relaciones de cooperación con otras personas después de producirse un conflicto agresivo. Parece que tenemos una psicología similar también”, dijo McCullough. "
El siguiente paso para los investigadores es llevar a cabo el trabajo experimental. Si las aparentes asociaciones de gestos conciliatorios con más perdón y valor en la relación percibida (y también con menos ira y riesgo de explotación percibidas) son en realidad las relaciones de causa y efecto, debe ser posible hacer que la gente sea más tolerante en el laboratorio a través de disculpas, ofertas de indemnización y otros gestos conciliadores.
A los investigadores también les gustaría ver si es posible construir "culturas de perdón" para la reducción de los riesgos de interacciones con desconocidos anónimos que están interactuando dentro de los grupos.

Si quieres leer el resumen del estudio entra a PNAS

viernes, 22 de noviembre de 2013

ESTILOS DE APRENDIZAJE Todos aprendemos de diferentes maneras.

Escoge tu forma de descubrir, pensar, crear y aprender conceptos en todas las áreas:
matemáticas, lenguaje, ciencias, historia, etc.


martes, 19 de noviembre de 2013

Tutoreando: Coachig Ontológico para Jóvenes Becarios...

La Unidad de Enlace Regional de Tacna y el área de Tutoría, realizaran este viernes 18, en el Auditorio de la Municipalidad de Alto de la Alianza, una charla taller denominada Coaching Ontológicos pare Jóvenes Becarios, se trataran temas como Deberes del Becario, La Actitud y Acciones Cívicas.

Que es el Coaching Ontológico: 

Una disciplina que aporta una manera diferente de interpretar a los seres humanos, su modo de relacionarse, de actuar y de alcanzar los objetivos que se proponen para sí mismos, para sus empresas y para la sociedad. Uno de los postulados que lo caracterizan es que el lenguaje no sólo describe la realidad, sino que por medio de él se genera la realidad. 

El Coaching Ontológico es una dinámica de transformación mediante la cual las personas y organizaciones revisan, desarrollan y optimizan sus formas de estar siendo en el mundo. Se presenta como una conversación que crea una nueva cultura y no como una técnica dentro de la cultura subyacente. 

En un proceso de Coaching Ontológico el crecimiento ocurre en el dominio del Ser, a través de un aprendizaje transformacional que cuestiona con respeto los modos tradicionales de percibir e interpretar, donde las personas y los equipos interrumpen sus patrones de conducta y comportamiento habituales, para comenzar a operar con mayor creatividad, protagonismo y proactividad; generando competencias emocionales, del hacer, del pensar y de la comunicación. 

El Coaching Ontológico es un proceso fundamentalmente liberador del sufrimiento y de las creencias condicionantes que nos limitan. Nos conecta con nuestros recursos y con nuestra capacidad de intervenir, 
logrando mayor bienestar y efectividad en el logro de los resultados que nos importan. 

El Coaching Ontológico desarrolla la actitud y la aptitud para generar nuevas ideas, para crear nuevas posibilidades, para descubrir nuevos significados, para inventar nuevos caminos, para encontrar nuevas 
conexiones, ya sea en el nivel individual o en el social. Es poder "soltar" lo seguro-conocido, para iniciar un "viaje" a la región de lo "aún no explorado", para atreverse a diseñar un por-venir acorde a nuestras 
inquietudes. 

El Coaching Ontol

jueves, 10 de octubre de 2013

Tutoreando: Nuestro cerebro se está encogiendo: ¿Somos cada vez más estúpidos?.

CIENTÍFICOS CONFIRMAN QUE EL CEREBRO HUMANO ES CADA VEZ MÁS PEQUEÑO. ¿ESTÁ DISOCIADO EL TAMAÑO DE ESTE ÓRGANO DE LA INTELIGENCIA O REALMENTE VIVIMOS UN PROCESO DE INVOLUCIÓN?

A pesar de que muchos pensarían que la evolución de la humanidad es una constante ineludible —y que el crecimiento de nuestro cerebro es una prueba de ello—, lo cierto es que la realidad dista de estas afirmaciones, o al menos de una de ellas. Por un lado se ha comprobado que el tamaño del cerebro no es proporcional a la inteligencia desarrollada por el animal o la persona en cuestión, pero también es cierto que la inteligencia de ciertas especies parece tener alguna relación con sus dimensiones cerebrales.
Reflexiones en torno a este fenómeno se han revitalizado tras la confirmación científica de que el cerebro humano se encuentra en un franco proceso de encogimiento. El hombre de Cromagnon, que habitó en algunas zonas de Europa hace aproximadamente 25,000 años, ostentaba el mayor cerebro que haya poseído cualquier versión humana. En contraste, actualmente las personas tenemos un cerebro al menos 10% menor que el de nuestros lejanos ancestros.
Hasta ahora los investigadores no han podido determinar con precisión cuáles son las implicaciones de esta tendencia registrada a lo largo de milenios. Existen algunos que consideran que, contrariamente a lo que nuestro ego evolutivo ha supuesto a lo largo de la historia, tal vez en realidad estemos inmersos en un proceso de “estupidización”.  El científico cognitivista David Geary afirma que la complejización de nuestra sociedad, proceso acompañado por el surgimiento de múltiples comodidades, ha provocado que los individuos requieran de menos inteligencia para sobrevivir y que a causa de esto quizá la sabia naturaleza esté limitando nuestras capacidades.
En contraste con la postura de Geary, Brian Hare, antropólogo del Instituto de Ciencias Cerebrales de la Universidad de Duke, cree que el encogimiento de nuestro cerebro en realidad refleja una ventaja evolutiva. “Un cerebro más pequeño es una muestra de selección contra la agresión. Otra forma de decirlo es que aumenta nuestra tolerancia”, afirmó Hare en entrevista con NPR.
De acuerdo con esta segunda teoría, cuando una población experimenta este proceso de selectividad evolutiva para reducir su nivel de agresión, navega hacia la domesticación. Como ejemplo Hare cita los estudios que ha realizado con chimpancés y bonobos. Los segundos tienen un cerebro más pequeño y son mucho menos agresivos. Y mientras ambos tienen la habilidad cognitiva para resolver un rompecabezas, los chimpancés no pueden lograrlo si se trata de trabajar en equipo mientras que los bonobos sí acceden a la coordinación colectiva en torno a un objetivo compartido.
Pero más allá de la disyuntiva alrededor de las dimensiones cerebrales y su relación con un grado mayor o menor de inteligencia dentro de una especie, parece que esta discusión debiese ser aprovechada para detenernos un instante a reflexionar sobre la actual condición humana y en consecuencia contrastarla con momentos anteriores de nuestra historia.  Quizá la mejor variable que podríamos utilizar como criterio para evaluar objetivamente nuestra evolución como raza humana sea la calidad de vida. Y si analizamos objetivamente la circunstancias del escenario actual, la comparación parece no ser tan favorable.
Douglas Rushkoff, el lúcido teórico de los medios,  en su libro Life Inc enfatiza el hecho de que, contrariamente a lo que nos enseñan en la escuela, durante la Edad Media la población promedio gozaba de una mayor calidad de vida que la disponible hoy en día. Dice, por ejemplo, que la gente de la Europa medieval estaba mucho mejor alimentada que el promedio del actual Occidente. Pero, además, nuestros antepasados del medievo disfrutaban de una vida con menor estrés, mantenían una relación mucho más saludable con el entorno natural y, por si fuera poco, disponían de mucho más tiempo libre para dedicarse a actividades recreativas y familiares. Todos ellos factores que podrían sugerir una calidad superior de vida que la nuestra a pesar del paraíso artificial de lujos y comodidades que nos hemos esforzado por construir en la actualidad.
Tomando en cuenta lo anterior, y sumándole distintos factores que padecemos hoy como una decadente alimentación cuya calidad se ve cada vez más amenazada por el desarrollo de transgénicos y la inclusión de hormonas, un desarrollo tecnológico que invariablemente privilegia los objetivos bélicos, una sobredosis de estímulos culturales que parecerían destinados a confundir el espíritu, y el surgimiento de nuevas y sofisticadas enfermedades relacionadas a pésimos hábitos cotidianos que hemos adoptado como parte de un estilo de vida contemporáneo, lo cierto es que bien podríamos pensar que nosotros, los humanos, hemos sido capaces de construir con nuestra existencia un espectacular monumento a la involución.

Más allá de especulaciones, lo cierto es que ante la interrogante “¿Somos cada vez más estúpidos?” responder es tristemente difícil.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Tutoreando: Test de Personalidad...


Mira los árboles y elige, inmediatamente, el que te resulte más atractivo. No pienses ni tomes demasiado tiempo, simplemente selecciona y averigua lo que tu elección dice sobre tu personalidad. 
A mí me gustó el árbol número ¿...?




USTED ES UNA PERSONA…

1. Generoso(a) y moral (no confundir con moralista)


Quiere ser el mejor. Tiene las más altas ambiciones y cuida las normas al más alto nivel. Trabaja duro, pero no es egoísta. Trabaja porque quiere que el mundo sea mejor. La gente puede pensar que la comunicación con usted es difícil, pero para usted no es fácil ser quien es. Tiene una gran capacidad para amar hasta que le hagan daño, e incluso después… sigue amando. Muy pocas personas pueden apreciar como usted se merece todo lo que usted hace tan bien.



2. Fascinante y honesto(a)

Usted es una persona muy responsable que se preocupa por los demás. Cree en el trabajo honesto y le resulta fácil asumir las obligaciones. Tiene buen carácter. La gente confía en usted. Se llama a la confianza de la gente. Puede aceptar muchas responsabilidades relacionadas con el trabajo. Usted es una persona brillante, de rápido pensamiento e ingeniosa, siempre tiene algo interesante que contar. 


3. Inteligente y reflexivo(a)

Es un gran pensador. Sus pensamientos e ideas son lo más importante. Ama pensar en sus teorías y puntos de vista solo. Tiende a ser introvertida. Se lleva bien con alguien que le gusta pensar y aprender. Nunca es superficial. Usted pasa mucho tiempo pensando en la moral. Usted está tratando de hacer lo correcto, incluso si la mayoría de la sociedad no está de acuerdo con usted. 


4. Perceptivo(a) y filosófico(a) 


Usted es una persona única, es un alma caritativa. A su lado no hay nadie incluso un poco similar a usted. Es una persona intuitiva y un poco peculiar, hasta estrafalaria. A menudo es mal entendida y le duele. Necesita espacio personal. Su creatividad tiene que ser desarrollada, exige el respeto de los demás. Usted es una persona que ve con claridad los lados luminosos y oscuros de la vida. Usted es muy emocional.


5. Seguro(a) de sí mismo(a) y dominante 


Usted es muy independiente. Su principio rector en la vida es: “voy a hacerlo a mi manera”. Confía sólo en sí misma. Sabe cómo mantenerse fuerte para usted y sus seres queridos. Usted no tiene miedo de perseguir sus sueños, sabe lo que quiere y va a su encuentro. Lo único que exige de la gente es honestidad. Usted es lo suficientemente fuerte como para aceptar la verdad.


6. Amable y sensible 


Usted construye fácilmente relaciones con la gente. Tiene muchas amistades y le gusta hacer su vida mejor. Le gusta ayudar. Usted tiene un aura cálida, luminosa y brillante, que hace que las personas se sientan bien cuando están cerca de usted. Muy fácilmente la gente se siente bien en su presencia. Todos los días usted piensa en cómo llegar a ser aún mejor. Quiere ser perspicaz, interesante, profundo y único. Necesita amor más que nadie en el mundo. Usted es una persona dispuesta a amar incluso a quienes no le corresponden.


7. Feliz e imperturbable 


Usted es una persona muy sensible y comprensiva. Escucha con atención y sin prejuicios. Cree que todo el mundo tiene su propio camino en la vida. Está abierta a personas y a acontecimientos nuevos. Usted es muy resistente a la tensión, rara vez se preocupa, tiende a ser una persona muy relajada. Siempre se las arregla para disfrutar de un buen momento sin perder su propio camino. 


8. Encantador(a) y lleno(a) de energía


Usted es una persona alegre y divertida que sabe hacer reír a la gente. Está en armonía con el universo. Es espontánea y llena de entusiasmo. Usted está siempre "a favor", sobre todo cuando se trata de alguna aventura. Con frecuencia sorprende e incluso impacta a la gente. Pero eso es lo que es… Siempre permanece fiel a sí misma. Usted tiene muchos intereses y si algo resulta de particular interés para usted, investiga a fondo y no descansa hasta que adquiere un conocimiento profundo de la materia.


9. Optimista y con suerte


Usted cree que la vida es un regalo. Trata de conseguir lo máximo y le da el mejor uso posible. Usted es una persona que está inmensamente orgullosa de cuanto ha hecho en la vida, está orgullosa de sus logros. Con sus seres queridos, está dispuesta a compartir alegrías y tristezas. Usted tiene una actitud muy saludable en la vida. Usted ve siempre ‘la taza medio llena’. Utiliza todas las oportunidades para perdonar, aprender y crecer, sabe que la vida es demasiado corta como para hacer otra cosa.